Ser docente: una carrera que se elige cada vez menos
Aunque no haya paro docente, las estufas calefaccionen bien las aulas y la lluvia no inunde ningún salón, todos los días por lo menos 210 cursos de distintas escuelas primarias porteñas no tienen clases o hacen una actividad alternativa con un directivo.
En algunas aulas la situación se extiende durante 15 días; en otras, se corrige al día siguiente. Pero de manera rotativa, unos 5000 chicos, la mayoría de barrios del Sur, no tienen clases con normalidad.
La razón es sencilla y contundente: en la ciudad de Buenos Aires no hay suficientes maestros. Y la situación tiende a agravarse, porque la cantidad de egresados de los institutos de formación docente bajó 25% en los últimos diez años.
«Es como un paro silencioso y cotidiano», dijo Alejandra Bonato, una maestra de primaria que integra una de las juntas que se ocupan de armar los listados de cargos vacantes y de docentes disponibles. Según Bonato, en cada uno de los 21 actos públicos diarios en los que el Ministerio de Educación porteño ofrece las vacantes por jubilaciones, traslados o licencias, por lo menos diez grados se quedan sin maestro.
La primaria N° 12 del barrio de Barracas permite entender mejor cómo es de crítica la situación. A esa escuela, ubicada en el borde de la villa 21-24, van 800 chicos que se reparten en 33 cursos. En condiciones normales deberían ser 33 los maestros que trabajan ahí. Sin embargo, a lo largo del año suelen contabilizar unos 70 docentes.
Eso ocurre porque muchos toman una suplencia o el cargo, pero siguen buscando un curso en una escuela ubicada en zonas menos vulnerables o un puesto de jornada completa que les asegure un mejor sueldo. Y como las vacantes superan el número de docentes que se postulan, las oportunidades que suelen buscar aparecen en días o, a más tardar, meses.
Antes de las vacaciones de invierno, por ejemplo, el 5° grado del turno tarde estuvo 15 días sin maestro porque no había ningún docente a disposición. «Uno como maestro le pone voluntad, pero resulta difícil juntar cursos para no dejar a chicos sin clases. Lo hice varias veces, pero quedé al frente de un cuarto grado con 50 nenes. Es imposible», señala Pablo Francisco, maestro de la escuela desde hace dos años.
La falta de docentes es un tema crítico a nivel nacional, pero en la ciudad de Buenos Aires se da la particularidad de que recrudece en el nivel primario. En el país hacen faltan profesores de Química, Inglés, Música, Física e Historia, por citar las primeras cinco materias con mayor dificultad para conseguir quienes la dicten, según el Ministerio de Educación de la Nación.
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