Los expertos piden una enseñanza más personalizada para evitar la exclusión
Dar más formación al profesorado, educar en valores, prestar una atención personalizada al alumno y reforzar el apoyo de la sociedad. Estas son algunas de las líneas con la que varios expertos dibujaron ayer las vías para luchar contra la exclusión en las aulas. «El niño no tiene necesidades especiales, la tiene el centro», resumió la periodista y «orgullosísima madre» de un niño autista Anabel Cornago, señalando la necesidad de adaptar las clases a las características de los estudiantes.
Lo hizo en la sala principal del Palacio de Congresos de Oviedo (Calatrava) en la que se desarrollan hasta esta tarde las ponencias del XIV Congreso Internacional de Educación Inclusiva y XXXIV Jornadas de Universidad y Educación Inclusiva. «Si los críos crecen en la diversidad es prácticamente imposible que se den casos de acoso escolar», dijo la autora de varios libros sobre el autismo para destacar después que en los primeros año de vida escolar «hay que educar en valores sociales, lo cognitivo ya llegará después». Comentó a los asistentes del congreso, en el que se han inscrito más de 1.200 personas, que cuando su pequeño fue diagnosticado «nos dijeron que posiblemente no hablaría» pero que en la actualidad acude con normalidad al instituto.
Pero los cambios deben influir también en la forma en la que aprenden los alumnos. «Deben pasar de meros receptores de información a protagonistas del aprendizaje», explicó María Vallina, jefa del servicio de Orientación Educativa y Formación del Profesorado del Principado, otra de las expertas que participaron en la mesa redonda sobre prácticas innovadoras. De este modo, los profesores pasarían a ejercer como «guías». Para los docentes, de los que «siempre va a depender el sistema educativo», pidió formación constante. Como la que se da en Asturias, dijo, desde los cuatro Centros de Profesorado y Recursos (CPR) de la región. Todos los ponentes coincidieron en la necesidad de modificar la enseñanza. Un punto en el que Adolfo Rivas, director gerente de la Fundación Vinjoy, fue especialmente tajante: «La realidad educativa no es agradable, tiene que cambiar». Su experiencia en el ámbito de la intervención y la educación social le llevó a destacar que «los menores en situación de riesgo social son los peor tratados».
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