Neurociencia y educación
En muchas ocasiones surgen modas en educación derivadas de los descubrimientos que se producen en otras disciplinas. No tardan en aparecer los salvadores que, mediante recetas mágicas, pretenden cambiar como un calcetín el estado de una institución que ha demostrado sus dotes de impermeabilidad y una insólita capacidad de resistencia al cambio. Tanto es así que hoy seguimos hablando de conceptos y métodos pedagógicos con más de un siglo de existencia, sin que hayan sido implantados en la escuela.
Se ha dicho que los dos grandes temas del siglo XXI serían el conocimiento del Universo y la investigación del cerebro. Efectivamente, hoy ya se habla de la Neurociencia para la educación y una nueva disciplina: Neuroeducación. Más allá de las modas, no cabe duda que los avances en el estudio del cerebro, sobre todo a partir de la tecnología que permite el diagnóstico y la interpretación digital, han supuesto la posibilidad de afinar en el conocimiento de las funciones del órgano que más nos distingue del resto de especies animales.
Recientemente se ha celebrado el I Congreso Nacional de Neurociencia y Educación, en el que investigadores de prestigio dedicados al estudio del cerebro en España han puesto de manifiesto que el conocimiento que tenemos hoy no permite fundamentar actuaciones o programas que garanticen grandes cambios institucionales o personales. Es decir, nos han prevenido sobre programas milagro de desarrollo de la inteligencia o metodologías avaladas científicamente. En definitiva, la Neuroeducación no es una metodología educativa ni avala fórmulas mágicas, porque aún hay una enorme distancia entre lo que se conoce y lo que puede ser aplicado en el aula. Sin embargo, lo investigado hasta ahora facilita algunas evidencias o pistas que pueden ayudar en la tarea educativa.
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