Brexit: rienda suelta para el racismo
Gran Bretaña se ha convertido en un país mucho más intolerante y racista contra los inmigrantes y extranjeros desde la campaña por el ‘Brexit’, un problema que amenaza la integración social de cara a la separación británica de la Unión Europea (UE) en marzo de 2019.
Un informe elaborado por el influyente Comité pluripartidario por la Integración Social, compuesto por parlamentarios y lores británicos, concluyó el pasado 24 de agosto que el tono agresivo y ‘venenoso’ de la campaña por el Brexit generó rencor contra los inmigrantes y podría provocar una desintegración social en Gran Bretaña.
El documento, titulado Integración, no demonización, advirtió que la retórica anti-inmigratoria y ultranacionalista en el Reino Unido está dificultando cada vez más la integración de nuevos inmigrantes llegados al país, muchos de ellos que escapan de conflictos bélicos, o son víctimas de desplazamientos forzados o la pobreza.
“Al establecer cuotas para la reducción de la inmigración que nunca iban a ser logradas (de hasta 100 mil al año), los ministros socavaron la confianza pública en la habilidad del gobierno para manejar la inmigración”, destaca el informe.
“En lugar de apaciguar las preocupaciones de la población en relación a los cambios demográficos y culturales en el país, las autoridades generaron ansiedades innecesarias por la inmigración, incentivando el aumento de un sentimiento populista anti-inmigrante”, agrega.
El documento exige a los políticos de todos los partidos “calmar sus discursos” en torno al nacionalismo, y advierte que la retórica utilizada durante la campaña por el Brexit llevó a muchos británicos “a sentir que tenían rienda suelta para ser racistas”.
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