Sobre la imposibilidad de educar la confianza. Suposiciones y propuestas para una educación intercultural
FRANCESC CARBONELL
Pedagogo. Director de Cursos de Postgrado, Universitat de Girona
fran6q@msn.com
La convicción de que somos más iguales que diferentes es un reto educativo, ya que si la diversidad es tan evidente que sólo hay que aproximarse con curiosidad y respeto para descubrirla, la igualdad no lo es tanto, sino que es fruto de un convencimiento moral. Para educar este convencimiento es indispensable disponer de un proyecto, de una meta que nos indique la dirección en la que debemos avanzar. El autor nos propone, por un lado, unas líneas para trabajar la igualdad de oportunidades en los centros que posibilitan, visualizan y ritualizan la igualdad y, por otro, que mejoran las representaciones de uno mismo, del propio colectivo y del otro a través de un reconocimiento mutuo. ¿Qué papel juega la confianza en todo esto? Una educación intercultural es aquella que es capaz de desactivar los factores generadores de la desconfianza y facilite la emergencia de conciudadanos autónomos, críticos y solidarios.
– Como esta semana os habéis portado tan bien y habéis aprendido tantas cosas, como en el recreo no han habido peleas, la señorita Ana y yo os hemos traído un regalo. De estos dos paquetes que hay encima de la mesa, debéis elegir uno. El otro paquete, el que no queráis, se lo daremos a otra clase. Sólo podéis elegir uno. ¿Cuál queréis, el mayor o el pequeño? Efectivamente, encima de la mesa hay dos paquetes de un tamaño considerable, pero muy distintos el uno del otro. El de la derecha, un poco más pequeño, está envuelto con un papel de los que se utilizan para los regalos de Navidad: sobre un fondo plateado hay los dibujos típicos y tópicos de aquellas fiestas (estrellas, árboles de Navidad, campanas, papa-noeles, etc.) Hace semanas que han pasado ya aquellas fiestas, de manera que la señorita debe haber aprovechado un material sobrante. Como remate espectacular, encima del paquete, hay un vistoso lazo, construido con habilidad con una ancha cinta dorada de papel de charol. El paquete de la izquierda es más grande, pero está mal envuelto con un papel de embalaje, que es evidente que ha sido reutilizado, por las arrugas y por los remiendos de trozos de cinta marrón autoadhesiva. Está atado por los cuatro costados con un vulgar cordel. Los niños y niñas de seis y siete años, algunos poniéndose de pie, otros señalando inequívocamente con sus dedos índice, gritan:
– El pequeño, el pequeño, queremos el pequeño -y al cabo de un momento, como si lo hubiesen ensayado antes, todos al unísono, como en una manifestación, gritan rítmicamente y repiten de manera incansable- ¡queremos el pequeño!, ¡queremos el pequeño!
– ¿No queréis el mayor? -pregunta la señorita- ¡en él caben más cosas y más regalos!
– ¡Noooooo! – aúllan a la vez.
Las dos profesoras, con indisimulada cara de satisfacción ya que, por lo que parece, han conseguido lo que pretendían, levantan las manos y hacen un gesto apaciguador, intentando calmar el alboroto. Los pequeños van conteniendo con dificultad su excitación. La señorita Ana, con movimientos algo teatrales, se acerca al paquete del lazo, lo coge con las dos manos y lo levanta mostrándolo a su público infantil: Así que queréis éste, ¿verdad? Y todos a coro: Síííííí La maestra añade: Pues muy bien, el otro lo llevaremos a la otra clase. Y empieza a abrir el paquete del lazo con estudiada parsimonia.
En el texto adjunto hemos intentado describir con fidelidad las secuencias iniciales de una clase de «tutoría», del ciclo inicial de educación primaria. En algunos centros educativos como el del ejemplo, estas clases no obligatorias de tutoría acostumbran a hacerse una vez a la semana, y son una especie de cajón de sastre en cuanto a su contenido. Algunos días, especialmente si ha habido algún conflicto durante la semana, se dedica esta hora a hacer una asamblea para reflexionar conjuntamente sobre aquel conflicto; asambleas que siempre suelen acabar con la anotación en la pizarra de las aportaciones del alumnado, clasificadas y agrupadas bajo tres epígrafes: Yo felicito. Yo desapruebo. Yo propongo. En el resto de tutorías, se desarrollan temas de educación cívica, de competencias sociales, de educación intercultural…