Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos
Tal como lo supo decir “Madiba” Nelson Rolihlahla Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, paradójicamente Mandela emitía esta frase desde el continente africano donde, junto con Asia, son las regiones del mundo que más rezagados presenta en cuanto a educación, puntualmente en matemática y lectura. Según el informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019 de Naciones Unidas más de la mitad de los niños y adolescentes del mundo tendrá inconveniente en integrarse a un mundo cada día más complejo y cambiante.
Estadísticas realizadas acerca del año 2015 han obtenido porcentajes preocupantes, aproximadamente dos tercios de la totalidad mundial (617 millones) de niños y adolescentes han dejado de asistir a la escuela por razones económicas y porque no han logrado alcanzar sus competencias. En América Latina y el Caribe un 52% de los niños y adolescente fracasaron en matemáticas y un 36% en lectura a diferencia de otros porcentajes como África Septentrional y Asia Occidental que tanto en matemáticas como en lectura han alcanzado un fracaso a igual escala de un 57% o Europa y América del Norte sus porcentajes de un 14% en ambas competencias, América Latina y el Caribe presenta una desigualdad de un 17% entre ambas competencias.
Lo que es alentador es que dentro de estos parámetros desiguales América Latina y El Caribe ha demostrado tener altos índices de niños en educación inicial preescolar (95%) por sobre otros continentes, este es un valor muy alto teniendo en cuenta que es igual a Europa y América del Norte. Por lo cual América Latina y el Caribe debe seguir luchando para que no disminuyan sus porcentajes de niños que concurren al nivel inicial, pero por sobre todo no caer en la indiferencia a la hora de mirar los números mundiales de niños y adolescentes que no pueden asistir a la escuela, y a sus niveles de escolarización educativa, que alcanza un 30% de niños y un 34% de niñas que pierden la Primaria; un 31% de varones y un 30% de mujeres adolescentes que han dejado la secundaria inferior, a todo esto se suma el valor alarmante de un 71% de varones y un 69 % de mujeres que no asisten a la secundaria inferior.
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