El mapa de la renta de padres e hijos: cómo la riqueza de su familia influye en su futuro
Los jóvenes que se criaron en hogares pobres de Getafe (Madrid) o L’Hospitalet (Barcelona) ganan de media 7.000 u 8.000 euros más que los que se criaron en familias pobres de Sevilla, Cádiz o Mérida. A veces basta cruzar una glorieta para encontrar diferencias: en Madrid, los niños de renta media que crecieron alrededor de Chamartín ganan ahora, cuando se acercan a los 30 años, unos 7.000 euros más que sus vecinos de las calles Maudes o Ponzano, aunque les separan solo 300 metros. La renta del hogar de la infancia influye, y mucho, en la renta que se tendrá en el futuro, como constata, con un detalle inédito en España, el proyecto Atlas de Oportunidades, de la Fundación Felipe González y Cotec, cuyos resultados adelanta EL PAÍS.
La base de datos de este proyecto cruza información tributaria de padres y sus hijos 18 años después. En concreto, usa información de 1,6 millones de niños nacidos entre 1984 y 1990 —más de la mitad del total—, a través de la declaración de la renta que hicieron sus padres en 1998. Después, esa información se completa con la renta de los hijos ya en 2016, casi dos décadas después, cuando ya tenían entre 26 y 32 años.
El objetivo es saber qué renta han alcanzado los nacidos en hogares ricos, de clase media o pobres. Los datos permiten medir el ascensor social en España. Pero el dinero heredado existe y acceder a buenos trabajos es más difícil para los hijos de hogares pobres. Intuimos que la riqueza de padres y madres influye en sus hijos, ¿pero cuánto exactamente? De forma significativa. Además, el estancamiento de las rentas entre generaciones es más agudo en determinadas comunidades autónomas y afecta más a las mujeres que a los hombres.
Padres ricos, hijos ricos: la desigualdad se hereda
El siguiente gráfico representa la movilidad social usando centiles (del 1% más pobre al 1% más rico). Un país donde los padres no tuviesen ninguna influencia sobre sus hijos mostraría una línea recta, pero no vemos eso: los hijos que se criaron en hogares pobres de 1998 han crecido para tener rentas más bajas que la media en 2016. Los hijos de hogares ricos, en cambio, tienen muchas más opciones de estar entre los que más ganan a su edad.
El gráfico evidencia la importancia de los padres. El niño típico de un hogar pobre es, 18 años después, un joven con ingresos por debajo de la media cuando ronda los 30 años, que está en torno al percentil 40 o 45, mientras que los hijos de hogares ricos están, cuando ya son jóvenes, de media en el percentil 60 o 70 más rico.
Cuanto mayor es la renta de un hogar, mayor es la renta de sus hijos de adultos. Pero esa relación se vuelve más fuerte con los padres muy ricos. Que un hogar pase del centil 50 al 60 solo eleva a sus hijos 3 centiles, mientras que pasar del centil 90 al 99 los eleva del 62 al 80.
Una diferencia de 16.000 euros
La renta mediana de los jóvenes entre 26 y 32 años criados en España en el periodo que abarca el proyecto ronda los 19.000 euros en 2016. Pero hay una varianza enorme, que se explica en parte por sus padres. Los hijos de los hogares pobres de 1998 tienen ahora unos ingresos de 16.000 o 17.000 euros de mediana, mientras que los hijos de rentas medias-altas (percentil 80) rondan los 21.000 euros y los hijos del 1% más rico superan los 33.000 euros.
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