El drama que esconde la historia de Wilton, el niño nicaragüense abandonado en la frontera sur de EE UU
A los ojos del mundo, Wilton era un migrante nicaragüense que había sido abandonado en un paraje semidesértico de Texas. El niño de 10 años apareció a principios de mes en un vídeo que se hizo viral en el que pedía ayuda llorando a un agente de la Patrulla Fronteriza estadounidense. Su imagen se convirtió en un símbolo de la primera crisis migratoria que afronta el Gobierno de Joe Biden. Pero su historia revela una tragedia mayor: comienza con una huida junto a su madre, que trataba de escapar del acoso y la violencia de su expareja, desde las montañas de El Rama —en la costa Caribe Sur nicaragüense—, y termina con un secuestro en la frontera norte mexicana. EL PAÍS viajó a la comunidad de origen de los migrantes para reconstruir la historia de madre e hijo.
A más de 3.000 kilómetros de la frontera entre Estados Unidos y México, en una profunda comunidad ganadera empotrada en El Rama, Socorro Leiva sufrió una conmoción al ver a su nieto llorando en horario central en un telediario local. Ella ignoraba por completo que su hija, Meylin Obregón Leiva, había migrado con el mayor de sus dos hijos a Estados Unidos. La abuela de 66 años quedó desconcertada. “Estaba cocinando la cena cuando mi esposo gritó frente al televisor: ‘Socorro, ¡vení, ve!, ese es el hijo de la Meylin’, me dijo. En efecto, era mi niño. En una mano traía un bultito y pedía auxilio”, relató Leiva a EL PAÍS en su casa, ubicada en la comarca El Paraíso, de donde, según cuenta, madre e hijo salieron para escapar de un marido maltratador.
Ambos consiguieron llegar a territorio estadounidense, pero con la frontera cerrada a nuevos casos de asilo, fueron devueltos casi inmediatamente a México y cayeron en manos de un cartel que los secuestró. Poco después, en Miami, Misael Obregón, el hermano de Meylin y tío de Wilton, y quien había ayudado a los migrantes a financiar el viaje, recibió la primera llamada extorsionadora. Le pedían 5.000 dólares por cabeza. Él solo podía pagar la mitad del rescate y acordó con la madre que cruzaran a EE UU al niño de 10 años. Liberado por sus captores, el menor fue encontrado el 1 de abril por el agente fronterizo que grabó el vídeo que se hizo viral. La desesperación del migrante abandonado en medio del desierto y pidiendo auxilio conmovió a EE UU y Centroamérica y se convirtió en símbolo del drama de la primera crisis migratoria a la que se enfrenta el Gobierno de Joe Biden.
Solo en el mes de marzo, la Patrulla Fronteriza ha aprehendido a más de 172.000 indocumentados, principalmente centroamericanos. Se trata de la cifra más alta registrada en un mes en 15 años. Pero la mayoría de esos migrantes han sido expulsados por el título 42 del Código de Estados Unidos invocado por Donald Trump por la pandemia y que Biden ha mantenido, salvo algunas excepciones como la de los menores no acompañados, que han colapsado el sistema de acogida estadounidense. Los que son devueltos, como Wilton y su madre, corren el riesgo de caer en manos de las mafias que se lucran de los indocumentados en esa zona de la frontera norte mexicana.
Leer el artículo completo en El País.