Los Espacios de Bienvenida Educativa (EBE)… experimentos con gaseosa
No intenten vendernos gato por liebre, la educación segregadora, en todas sus vertientes, solo tiene un único propósito, y este no es precisamente la igualdad de oportunidades. En respuesta a la decisión del Ayuntamiento de Reus de suprimir los Espacios de Bienvenida Educativa para el alumnado inmigrante.
El Ayuntamiento de Reus acaba de anunciar que por problemas económicos los centros bienvenida educativa que comenzaron en el curso 2008-09, no acogerán a ningún alumno inmigrante más. El gobierno municipal (CiU y PP) ha acordado su supresión inmediata de acuerdo con el Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya.
Resulta llamativo que los argumentos esgrimidos para tomar esta decisión son meramente económicos y parece que ni por asomo la decisión del cierre obedece a razones ideológicas que sustentan un modelo educativo segregacionista muy alejado de la escuela inclusiva e intercultural. FETE UGT lo alertó cuando se anunciaron este tipo de programas.
Precisamente hace unos días, en las jornadas de Educación y Ciudadanía organizadas por la Liga Española para la Educación y la Cultura Popular en Cáceres, comentaba con Ramon Flecha – un referente en la investigación europea de proyectos educativos – las experiencias de Reus, Vic y otras localidades con centros de acogida para alumnado inmigrante. Flecha señalaba que este tipo de programas producen en el imaginario colectivo una idea de la migración como problema que se había visto reflejado en el auge de ideas racistas.
Lo grave, añadía, es que se realizan experimentos basados en “ocurrencias» que dicen ser científicas, cuando no solo carecen de base sólida sino que contradicen teorías que sí han demostrado el éxito de la educación en grupos de aprendizaje heterogéneos, como son las comunidades de aprendizaje, en las que el centro desarrolla un modelo participativo, abierto a las familias y la comunidad con propuestas de aprendizaje cooperativo.
Tristemente este tipo de “ocurrencias cientificistas” ayudan a justificar medidas elitistas, basadas en criterios como la excelencia de unos pocos escogidos, la competitividad para el mercado, la exclusión en contra de la igualdad de oportunidad y la privatización de la educación. En esta línea argumental, el ultimo informe de la CEOE sobre educación que plantea argumentos genéticos para explicar el éxito escolar, nos ha hecho saltar todas las alarmas, recordándonos como este tipo de teorías, justificaban en un pasado no muy lejano, la segregación racial, el sexismo o la desigualdad de ciertos sectores de la sociedad.
Tenemos que celebrar la existencia de un consenso general sobre la imposibilidad de separar la herencia del ambiente. Tal y como afirma el investigador Craig Venter “El secreto del comportamiento humano es que no esta determinado por los genes, sino esencialmente por el entorno”. Esta es la gran responsabilidad de la educación a lo largo de la vida: ofrecer las mismas oportunidades a todos los alumnos y alumnas, para que puedan adquirir y desarrollar las competencias cognitivas, afectivas y culturales que les permitan participar activamente en la construcción de una sociedad democrática, solidaria y que trabaja para hacer efectiva la igualdad de oportunidades de todas las personas que la conforman.
No se trata de que solo algunos alumnos y alumnas, logren el éxito escolar o la excelencia educativa. Tampoco se trata de que los que llegan de otros países vivan un periodo de adaptación para ser asimilados en un sistema que ignora la riqueza de la convivencia en el reconocimiento de la diversidad, compartiendo un marco común de valores universales.
Lo peligrosos de estos discursos simplistas, que parecen arreglarlo todo separando de forma artificial a alumnos y alumnas -no olvidemos que existe todo un argumentarlo segregacionista por sexos- por grupos con aparentes características similares, es que de tan burdos, se difunden con mucha facilidad, en tiempos como los que vivimos actualmente, donde la crisis, hace mella en el sálvese quien pueda. Pero si de algo tenemos certezas, es que este tipo de políticas, que ya se aplicaron en un pasado no muy lejano, no conducen al desarrollo ni individual, ni colectivo, sino al empobrecimiento tanto intelectual, como vital y social.
Afortunadamente existe un movimiento importante que plantea una educación sin exclusiones, a la que toda ciudadanía debe tener acceso, independientemente de su condición de sexo, raza, distintas capacidades, orientación sexual, o cualquier otra situación especial, tal y como se define en la Ley de Igualdad de Trato y que lejos de “ocurrencias cientificistas» de dudosa credibilidad, trabajamos, por una educación plural, ética y de calidad con un profesorado comprometido, implicado y formado para la gestión de la diversidad desde la equidad educativa. Muchas son las herramientas de las que disponemos, muchos los profesores y profesoras que las utilizan y que creen en la escuela como motor de transformación, pero también como elemento vertebrador de comunicación con la familia y el barrio y como agente visibilizador de la acción comunitaria.
No intenten vendernos gato por liebre, la educación segregadora, en todas sus vertientes, solo tiene un único propósito, y este no es precisamente la igualdad de oportunidades.
Como se dice comúnmente… los experimentos con gaseosa.