IES ASTUBUDÚA- Vizcaia


'Bultzatzen', un modelo de corresponsabilidad educativa

Bultzatzen, en castellano 'empujando'. Con este gerundio vasco el IES vizcaíno Astrubudúa ha bautizado a uno de sus proyectos extraescolares más estables y exitosos.

Desde hace cinco años, el proyecto Bultzatzen ofrece apoyo escolar y emocional por las tardes a decenas de chicos y chicas que cuando termina el horario escolar no tienen personas adultas de referencia. Es la realidad de cada vez más padres y madres que no pueden conciliar los cuidados de sus hijos con sus jornadas laborales. Y es el caso paradójico de muchas familias que migran a España y otros países de acogida, especialmente de madres que trabajan en el sector doméstico; y que para recibir una contraprestación por el cuidado de otras personas se quedan sin el tiempo de cuidados de sus propios hijos e hijas. No es casual que desde hace dos años, alrededor del 70% de los jóvenes que acuden al proyecto Bultzatzen sean hijos de familias migrantes. Aunque éste no es un proyecto planteado como intercultural, en la práctica "beneficia mucho a los alumnos inmigrantes", matiza el director del Astrubudúa.
Detrás del fracaso escolar, cada vez más estudios apuntan una falta de cuidados y de implicación de las familias en la educación de hijos e hijas, además de otros factores relacionados con el sistema educativo. Algunos centros tratan de compensar esta carencia con proyectos extraescolares de refuerzo escolar. Muchos de estos proyectos fracasan y lo que el centro hace en muchas ocasiones es convertirse por las tardes en lo que podríamos denominar una 'guardería' de adolescentes desmotivados.
Aunque no es sencillo motivar a los chavales en el aprendizaje, sobre todo si tienen que volver al mismo centro escolar donde acuden por las mañanas, el IES Astrubudúa ha conseguido mezclar con mucho acierto algunos ingredientes imprescindibles para que un proyecto extraescolar tenga buenos resultados: coordinación de distintos agentes educativos; responsabilización de las familias y motivación de los menores. Hablamos con el director del centro, Jesús Fernández Ibáñez, sobre estas tres claves.

Motivación de los menores
Bultzatzen combina apoyo escolar con talleres de habilidades sociales más lúdicos que favorecen un tipo de aprendizaje menos atado a las materias curriculares.

El trabajo de las educadoras, por tanto, tiene muchas facetas. Éstas ayudan en tareas académicas, "pero no se les hace ni se da como clase particular", puntualiza el director, "siguen los casos particulares a base de hablar y de tutoría.

"A los chavales que tienen problemas se les habla y se les va haciendo un seguimiento. Al final ven el instituto como su casa. El malestar que tienen no lo vomitan contra el centro sino que el centro está para ellos. Éste es un cambio de mentalidad que hemos ido notando".


Monitoras: una segunda familia

Además de las educadoras, en Bultzatzen participa activamente un voluntariado que procede de la Universidad de Deusto. Para el director, esto añade un componente al modelo de enseñanza-aprendizaje que se acercaría a lo dialógico: "Las personas voluntarias son estudiantes de primero de carrera y la diferencia de edad (18-19, respecto a 14-15) no es tan dimensionada como podamos tener nosotros con ellos".
En la misma línea dialógica, camina una iniciativa correctora para el alumnado de 3º y 4º que ha tenido problemas durante el horario escolar: como medida correctora estos alumnos tienen que trabajar de voluntarios durante una semana tutorizando un caso, es decir, responsabilizándose de un alumno de 1º o 2º de la ESO y ayudándole a hacer los deberes. El balance que el director hace de esta experiencia es muy satisfactorio: " Ha sido una experiencia bonita. Al principio choca pero luego los chavales lo valoran, les gusta y hasta hemos tenido casos donde han querido continuar".

Compromiso con las familias
"No nos interesa para nada que sea una actividad donde se deja a los chavales y se desentienden, por eso se firma un compromiso con las familias", nos explica Jesús Fernández. A través de este contrato de compromiso, las familias se comprometen a responder a las educadoras si les llaman para hablar a nivel particular, por ejemplo para ponerles al día del seguimiento individualizado que Bultzatzen realiza de cada chaval. Se trata de implicarlas en el aprendizaje de sus hijos, compartiendo la responsabilidad y también implicándolas algunas de actividades a lo largo del curso.
Adaptarse a los horarios de las madres y padres con altas cargas laborales es uno de los engrudos, como reconoce el director, especialmente en el caso de familias con problemas de conciliación. A pesar de esto, la participación de las familias migrantes en eventos festivos no es desdeñable, quizá porque, como apunta el director, "organizar una fiesta para ellas es un acontecimiento". "También ha habido madres que han venido a hacer alguna cosa de cocina, a contar alguna a experiencia...y esa es también una manera de aportar", apostilla.

Un modelo de corresponsabilidad educativa
No por casualidad a una de las delegadas italiana de la Comisión Europea, que ha visitado por segunda vez este año el Astrubudúa, lo que más le llamó la atención del proyecto Bultzatzen es la implicación de las entidades locales. "A esta edad (en referencia a los adolescentes) los ayuntamientos no tienen ninguna obligación de mantenimiento de edificios, ni de nada, no tienen competencias", pero el Ayuntamiento de Erandio es uno de los agentes implicados en el proyecto, no sólo económicamente sino a través de actores sociales de distintas áreas del Ayuntamiento. Así, en la coordinación encontramos múltiples agentes educativos: trabajadores sociales, educadoras, profesorado del Astrubudúa y también personal de otros centros como el Centro de Educación de Primaria Ignacio Aldecoa, de donde derivan alumnado de los últimos cursos como estrategia preventiva frente al fracaso escolar, y el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Deusto, cuyos alumnos realizan prácticas como voluntarios. En este modelo de corresponsablidad educativa entrarían también Asociaciones de Padres y Madres o el Equipo de Intervención Socio-Educativa (EISE), que forman parte del equipo de colaboradores.

¿Qué se hace para que esta coordinación sea efectiva? Un Comité formado por la dirección del centro de primaria y el de secundaria, dos personas del Departamento de la Universidad de Deusto, la trabajadora social o una educadora de calle y las 3 educadores de Bultzatzen se reúnen desde hace cuatro años para realizar un seguimiento del proyecto e ir planificando los cambios que haya que hacer. Al principio se reunían mensualmente y ahora cada mes y medio. Para el seguimiento del alumnado, en concreto, se reúnen cada mes y medio los tutores de clase y los equipos docentes de cada curso. Luego, las personas voluntarias también tienen reuniones con las educadoras, con las que semanalmente hacen evaluación y programación.
No es casual esta implicación de los agentes educativos municipales en el IES Astrubudúa si atendemos a la filosofía de este centro: "Nuestra filosofía es que el centro permanezca abierto todo el día, que no se cierre al acabar el horario escolar, puesto que tenemos una infraestructura de materiales y de espacios que son públicos. Si tenemos unos espacios deportivos y hay asociaciones de barrio que las necesitan se les facilitan tanto entre semana como los fines de semana. Son espacios públicos y con unas normas básicas se pueden utilizar por todo el público".


LA MERIENDA, UN ESPACIO DE ENCUENTRO Y ACOGIDA

La merienda es la primera actividad del proyecto Bultzatzen. Además de responder a una necesidad fisiológica (puesto que hasta las 20.30 no van a sus casas), la merienda se ha institucionalizado como en espacio de encuentro y acogida antes de comenzar. El director señala también el carácter educativo de la merienda, pues alrededor de un 50% del alumnado se la prepara en una pequeña cocina: "Nos hemos dado cuenta de que el alumno de este proyecto pasa muchas horas en casa y se tienen que alimentar él, por eso es importante impartirle enseñanzas de cómo tener una alimentación sana y no recurrir a la bollería".


Meriendas extraescolares: el 50% del alumnado de Bultzatzen prepara su propia merienda.

El componente intercultural se integra en la merienda con platos típicos de distintos países, donde también han participado las madres. ¿Y los padres? "Son las madres quienes han participado en estas actividades porque son quienes más acceso al mundo laboral han tenido aquí, especialmente en las familias latinoamericanas, donde suele venir la madre sola y se mete en el trabajo doméstico", explica Jesús Fernández. Meriendas extraescolares: el 50% del alumnado de Bultzatzen prepara su propia merienda.