JOSÉ
EUGENIO ABAJO ALCALDE, ORIENTADOR
"No
sólo son los medios económicos para solucionar el
problema, sino la mirada que proyectamos sobre las
minorías étnicas"
La mejor manera de apostar por la diversidad y la
convivencia es favorecer el éxito escolar del alumnado
gitano e inmigrante. Ésta es la apuesta del equipo
de orientación del CEIP Santa Catalina de Aranda de
Duero (Burgos), que trabaja en red con diversas asociaciones
del barrio en el que se ubica para habilitar espacios
de estudio y apoyo a este alumnado. Hablamos con José
Eugenio Abajo Alcalde, del Equipo Psicopedagógico
y de Orientación Educativa de Aranda de Duero, y autor
de varios estudios sobre la escolarización de niñas
y niños gitanos.
Para
empezar, me gustaría que me contases cómo es el barrio
en el que se ubica el colegio Santa Catalina.
JOSÉ EUGENIO ABAJO ALCALDE: Trabajo como orientador
escolar en el colegio de Santa Catalina, y por otra
parte soy de la Asociación de Enseñantes con Gitanos
y trabajo como voluntario con entidades de mi pueblo
que están implicadas en el éxito escolar del alumnado
gitano. El colegio donde trabajo está en Aranda de
Duero, una población de treinta y tantos mil habitantes,
en la que hay dos barrios con población desfavorecida
y de minorías étnicas.
El de Santa Catalina, que lleva el nombre del colegio,
es un barrio que está creciendo en el sentido de un
fenómeno que se da en toda España: se está yendo la
gente de clase obrera y media hacia barrios con mejor
imagen y más céntricos. A este barrio, que tiene muchas
casas de la época de Franco, muy pequeñas y muy mal
dotadas, como es lo más barato, es a donde acuden
las familias con menos posibilidades de créditos bancarios
y grandes sumas de dinero, que son los inmigrantes
y los gitanos.
¿Qué tipo de alumnado tiene el colegio?
J.E.A.A.: Estamos en un momento de impasse. Hasta
ahora había sido un colegio de clase obrera, con alguna
familia de clase media que apuesta por los colegios
públicos... Pero cada vez más en los cursos inferiores
desciende la matrícula general y la población inmigrante
y gitana aumenta proporcionalmente. Es un fenómeno
que puede generar un pánico de "sálvese quien pueda"
y de que el colegio se vaya guetizando cada vez más.
A pesar de que, como tantos otros, es un buen colegio,
con profesorado motivado y en el que se da buena respuesta,
en el que los resultados de los chicos en el instituto
son proporcionalmente buenos.
¿Qué
tipo de trabajo se hace en el centro con la diversidad?
J.E.A.A.: Por una parte está el programa PROA. A su
vez, en estos dos barrios con población desfavorecida,
social y académicamente, trabajamos en red, por un
lado con el Programa de Desarrollo Gitano del Ayuntamiento;
por otro, Cáritas, con un programa de apoyo al menor;
y luego dos asociaciones gitanas, Secretariado General
Gitano y Presencia Gitana. Gracias a esta coordinación
se ha conseguido que en estos dos barrios haya unas
aulas extraescolares de estudio asistido, fuera de
los centros escolares. Y eso está potenciando que
en Aranda en los últimos años todo el alumnado inmigrante
y gitano, chicos y chicas, estén al menos hasta los
15-16 años en los centros y que cada año vayan saliendo
varios alumnos gitanos con títulos académicos, de
la ESO, de ciclos formativos. Pensamos que es una
dinámica que va a más. La otra cara de la moneda es
que, proporcionalmente, los índices de fracaso y deserción
entre la población migrante, pero sobre todo la gitana,
aumentan. Hay un fenómeno que el antropólogo John
Ogbu llama el descorazonamiento, ver que siendo del
país se tienen menos oportunidades laborales, académicas...
por lo que finalmente el fracaso es mucho más grande.
Así que está el vaso medio lleno, medio vacío. Todos
están yendo a educación infantil, desde los tres años,
algo que antes se creía improbable, y todos están
entrando en el instituto, y hay un número de chavales
y chavalas gitanas que están sacando sus títulos.
¿En
el centro se realizan otro tipo de actividades, como
jornadas culturales, gastronómicas...?
J.E.A.A.: El centro de Santa Catalina alguna vez ha
hecho una jornada cultural de interculturalidad, el
Día de la paz... Dentro del Programa de Desarrollo
Gitano del Ayuntamiento también se hace la semana
de la interculturalidad, con actuaciones, charlas,
grupos musicales de distintas culturas, comida intercultural...
La asociación gitana también ha hecho jornadas culturales
gitanas donde se invita a toda la población a comer
un plato típico gitano. Esas cosas están ahí, pero
yo considero que más importante que los materiales
de educación y las jornadas interculturales, es crear
redes y sistemas que posibiliten el éxito académico
y la continuidad del alumnado de minorías étnicas,
porque ésa es la mejor garantía de interculturalidad.
A mi modo de ver, es casi la única.
En una sociedad en la que se les cierran muchas puertas,
la escuela es el lugar de convivencia privilegiado
en la sociedad. Y eso a pesar de que aún con títulos,
los gitanos lo tienen más difícil por ese estigma
que cae sobre ellos.
Entonces,
¿qué factores favorecen el éxito escolar del alumnado
de etnia gitana?
J.E.A.A.: Hay muchos teóricos ahora que con tan buena
voluntad como despiste están poniendo el foco en que
la clave del éxito académico de las minorías, y la
clave de la convivencia, está en trabajar la interculturalidad
con contenidos ad hoc, específicos. Pero la investigación
nos dice, sobre todo el equipo de John Ogbu en EEUU,
que los factores del fracaso de las minorías étnicas
son el contexto sociocultural de tipo segregador y
discriminador, la historia, que les ha machacado,
y también las fuerzas que presionan dentro de cada
comunidad en el sentido de desalentar, por coraje,
por autoestima... Pero no el que esté o no presente
la cultura de las minorías en la escuela.
El equipo de Ogbu ha visto que una minoría que en
su país está estigmatizada y fracasa en la escuela,
en otras circunstancias, cuando cambian las expectativas
del contexto social, o las expectativas de la escuela
y del resto de los padres, sí que triunfan. Por ejemplo,
los burakumin de Japón, que son los parias y fracasan
en la escuela, cuando van a EEUU resulta que son un
japonés más, y ellos mismos, la comunidad, ven que
tienen más posibilidades y apuestan más por la educación.
Los profesores les ven como japoneses, y el resto
de la sociedad también, y resulta que están teniendo
unos resultados escolares muy buenos. Lo mismo pasa
con otras minorías, que cuando su situación cambia
se acaba su fracaso escolar.
¿Crees entonces que la educación intercultural
está mal enfocada?
J.E.A.A.: Estamos gastando las energías -las pocas
energías que se están poniendo, porque tampoco son
tantas- en materiales y cursos de educación intercultural.
La cultura tiene un peso, pero ¿porqué en otros temas
nos basamos en las investigaciones y no permitimos
opiniones bienintencionadas, y en este parece que
todo da igual?
Yo
si fuera a Alemania, y me dijeran que a mi chico le
quitan una hora para hablarle de la cultura española,
pues diría, yo ya me encargaré de transmitirle la
cultura española, castellana, o lo que sea, pero él
en la escuela tiene que ser uno más y tener éxito
y convivir, y ésa es la mejor manera de transmitírselo
a los demás. Para potenciar la convivencia, la propia
interculturalidad, y el éxito escolar, la clave es
ver qué es lo que contribuye a que un chaval tenga
éxito en matemáticas, en lengua, en inglés, que es
donde se la juega. Y que por lo tanto esté más en
el sistema escolar, pueda convivir más y tener más
opciones.
¿Crees que en estos casos la cultura puede funcionar
como arma de doble filo?
J.E.A.A.: Mira, educación intercultural es todo y
es nada, y hay muchos peligros de que se utilice mal,
de un modo estereotipado, como un cliché. Hace poco
estuve en unas jornadas en Barcelona y presentaban
materiales sobre la cultura gitana, y aparece una
familia con trajes del siglo XIX entorno a una hoguera...
Y dices, ¿pero qué van a pensar de esto los niños
gitanos, qué van a entender de cómo viven las familias
actualmente, en la España del siglo XXI? Eso es denigrante,
y con la mejor de las intenciones. Habría que ser
muy críticos y hacer una investigación del impacto
que está teniendo eso en el éxito y en la mejora de
la convivencia. Estamos cerrando los ojos y alimentando
nuevos motivos para el estereotipo. No nos olvidemos
que lo que puede revertir esta situación de desigualdad
y de injusticia viene por una mejora de las condiciones
laborales, número uno, de las condiciones de los barrios,
número dos, del éxito escolar, número tres. Todo lo
demás me parece, con todos los respetos, que es no
poner el foco en lo que es clave, y por lo tanto pienso
que no es muy eficaz, y además, nos distrae de pensar
en lo que debiéramos.
Entonces
tú crees que habría que poner más recursos como el
plan PROA y promover un cambio de mentalidad en el
profesorado.
J.E.A.A.: Efectivamente, y en hacer cursos de formación
del profesorado sobre cómo analizar el fracaso y el
éxito de las minorías, formar no tanto en cultura
gitana sino en análisis de porqué triunfan y porqué
fracasan. Hay estudios muy serios como los de John
Ogbu y casi ni se conocen.
Claro,
es más complicado ver cómo les comprendemos, qué podemos
hacer, cómo tenemos más expectativas sobre este alumnado
y favorecemos que tenga más éxito académico... Es
más fácil hacer unas jornadas sobre lo bonito que
es la interculturalidad, pero luego seguir pensando
que son unos mentirosos y unos vagos, que es la clave
del estereotipo. Y eso está presente en la escuela.
Si desde la institución escolar consideramos que no
hay quien pueda con ellos -"yo no soy racista pero
me estoy volviendo desde que tengo dos en clase"-,
entonces estamos en un círculo vicioso de alimentar
los prejuicios de ambas partes. Los profesionales
deberíamos tratar de entender un poco qué es lo que
está pasando, cómo ganarnos el cariño de ese chico,
transmitirles el que "tú puedes, tú vales", y a los
padres "que tu chico es magnífico, que puede, que
vale, que siga"... No sólo son los medios económicos
para solucionar el problema, que también hacen falta,
sino la mirada que proyectamos sobre ellos.
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