Reorganizando
las aulas en agrupamientos flexibles:
una respuesta a la realidad de los centros educativos
"Somos
partidarios de que los niños siempre tengan un elemento
de referencia, lo importante es que se relacionen
socialmente con sus compañeros, por eso organizamos
clases plurales, cuidando mucho la composición de
los grupos"
Marina Lovelace, Directora del CP San Cristóbal de
Madrid
La realidad cambiante del alumnado en un centro
de educación infantil y primaria
El
Colegio Público San Cristóbal, ubicado en el barrio
de Chamberí en Madrid viene desarrollando desde hace
años estrategias de atención a la diversidad de sus
alumnos y alumnas siguiendo fórmulas muy innovadoras.
Partiendo
de un análisis sociológico sobre la evolución y transformación
del alumnado con la incorporación de niños y niñas
extranjeros al centro desde del curso 1996/1997, y
desde la consideración de la población escolar como
un reflejo de nuestra sociedad, desde la dirección
de este centro se han ido adoptando medidas concretas
en la organización del centro. Dichas medidas han
desembocado en una serie de cambios estructurales
que permiten en la actualidad gestionar con eficacia
la diversidad de su alumnado.
El
punto de partida es la concepción de la diversidad
de los alumnos y alumnas desde diferentes enfoques.
No se presta atención exclusivamente al alumnado
extranjero por la diferencia de procedencia o
nacionalidad, sino que también se tiene en cuenta
la diversidad en relación a su origen social,
económico, cultural, etc. De esta manera, se incluyen
todas aquellas diversidades que están presentes
en las aulas, y se valoran y reconocen múltiples
rasgos diferenciadores de los niños y las niñas
del colegio, gestionándose la diversidad sin discriminar
unas situaciones sobre otras. |
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Paulatinamente
en el Colegio San Cristóbal se han ido institucionalizando
nuevas normas y dinámicas de funcionamiento en el
centro que resuelven las dificultades encontradas
en el sistema tradicional de educación y se adaptan
a la nueva realidad y necesidades del alumnado. Veamos
algunas de ellas.
Adaptación
a la diversidad del alumnado cuidando los sistemas
de agrupamiento en el aula
Primera medida: La acogida en el centro a través
de una entrevista
Cuando el alumnado se matricula en el centro por primera
vez se realiza de manera sistemática una entrevista
inicial con la familia para poder hacer una valoración
de la casuística de cada familia y conocer las circunstancias
de cada niño o niña. Esto se hace con todas las familias,
ya sean extranjeras o españolas, porque el objetivo
es crear grupos diversos en las aulas, diversos en
cuanto al género, país de procedencia, religión, etnia,
lengua, etc. y "no dejar esto al azar del clásico
agrupamiento por orden alfabético porque puede sesgar
los grupos", según palabras de Marina Lovelace, Directora
del colegio.
Tras la entrevista se utiliza un Protocolo de Información
que asegura que los datos obtenidos de cada niño/a
lleguen al tutor o tutora, y cuando se produzca la
incorporación a su clase haya una recepción por parte
del resto del profesorado y del alumnado y una presentación
del nuevo niño/a.
Segunda
medida: Establecer un punto de partida para cada alumno
o alumna
Para una mejor adecuación a las necesidades de cada
estudiante se analiza la situación académica de los
alumnos cuando se incorporan al centro. La realidad
impone conocer desde dónde parte cada alumno y cada
alumna a nivel curricular y sus competencias lingüísticas
debido a la gran cantidad de situaciones que se dan
hoy día: hay alumnado que se incorpora una vez iniciado
el curso, alumnado que desconocen el idioma, alumnado
que tienen un retraso curricular grande con respecto
a los demás alumnos de su edad, alumnado sin escolarizar
anteriormente, alumnado procedentes de otros sistemas
educativos, etc.
Por
lo tanto, se realizan pruebas de nivel en las
materias instrumentales hasta que se establece el
nivel de competencias de cada estudiante para posteriormente
poder adaptarse a sus necesidades. Tanto estas pruebas
de nivel iniciales, como las evaluaciones finales,
se hacen en base a criterios comunes que sigue
todo el profesorado.
Estos
documentos de valoración inicial y final han sido
elaborados en el colegio madrileño por el conjunto
del claustro de profesores y les ha servido para unificar
y estandarizar los criterios en base a los cuales
gestionan la diversidad de sus alumnos y las diferencias
de necesidades que presentan. En función de los resultados
obtenidos en las evaluaciones finales de cada año,
van adaptando cada curso las pruebas de nivel.
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"El
resultado que se busca con estas dos primeras
medidas es establecer una pluralidad en los
agrupamientos del alumnado, y en consecuencia
se hacen revisiones de los grupos-clase al final
de cada ciclo y se realizan las modificaciones
pertinentes en el momento en que algún grupo
se descompense", aclara la directora del centro.
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Tercera
medida: otras modalidades de agrupamientos flexibles
Una vez establecidos los grupos-clase de referencia
se desarrollan varios tipos de reagrupamiento de los
alumnos en función de sus necesidades y de los objetivos
a trabajar con ellos.
Modalidad
1: Atención al alumnado fuera de su grupo de referencia
Con los niños y las niñas con desconocimiento del
idioma y/o con un desfase curricular importante se
trabaja de manera específica en determinados agrupamientos.
Esta modalidad contempla que normalmente estén
incorporados en su grupo-clase, pero que salgan
de él en determinadas horas, que suelen coincidir
con las de las asignaturas instrumentales y no con
aquellas en las que es más fácil relacionarse con
los compañeros/as como serían las asignaturas de educación
física y música.
En
general, salen todos los días de su grupo de referencia
al menos una o dos horas porque, como argumenta marina
Lovelace, "resulta más eficaz un trabajo intensivo,
sistemático y constante para lograr los objetivos
propuestos". Tanto para los que no hablan castellano
como para los que tienen un atraso curricular de más
de dos años se diseña un programa específico de trabajo
en función de cada situación: se trabaja con materiales
curriculares adaptados y se les evalúa teniendo en
cuenta los objetivos académicos marcados para cada
uno de estos alumnos. "En ningún caso se les exige
seguir los libros correspondientes al curso en el
que se han incorporado, sino que se les facilitan
materiales acordes a su nivel de competencia curricular
y lingüística", continua diciendo Marina.
Hay
una profesora de castellanización que trabaja
con grupos reducidos de alumnos/as que desconocen
el idioma o que tienen una competencia lingüística
deficiente en castellano. El objetivo es que estos
alumnos/as consigan la adquisición del idioma de la
manera más rápida posible y se incorporen a tiempo
completo a su grupo-clase.
Los alumnos o alumnas que no han estado escolarizados
previamente o que presentan un desfase curricular
trabajan con la profesora de compensatoria
también en horas que salen de su grupo-clase.
Modalidad
2: Atención al alumnado con necesidad de refuerzo
curricular en su grupo-clase
En base a una meticulosa planificación de los horarios
de los grupos-clase se ha conseguido poder desdoblar
los grupos en las horas de las asignaturas instrumentales.
La fórmula consiste en hacer coincidir los horarios
de los dos grupos-clase de cada curso, el A y el B,
de manera que sea posible que la mitad de cada grupo-clase
se quede en el aula con cada tutor o tutora para dar
alguna de las asignaturas instrumentales. La otra
mitad de cada grupo-clase, forma entonces un grupo
completo (entre la mitad del A y del B) y va a asignaturas
como educación física o música. Por lo tanto, hay
asignaturas que se dan con un grupo completo formado
por la mitad de cada grupo-clase de un curso (la mitad
del A y la mitad del B), y otras asignaturas donde
el número menor de alumnos y alumnas permite un trabajo
más personalizado.
Esto
permite que en las asignaturas instrumentales en que
el número de alumnos sea reducido, el tutor o tutora
pueda organizar el trabajo en el aula en función de
los diferentes niveles curriculares del alumnado.
"Al ser el mismo tutor o tutora quien realiza el refuerzo
con los alumnos de su grupo, esto genera una responsabilidad
en los propios niños sobre su proceso de aprendizaje"
explica Marina, la Directora.
Programa
de clases extraescolares de refuerzo al estudio
Como
complemento al trabajo de seguimiento y atención a
la diversidad que reciben los alumnos y alumnas de
este colegio durante el horario escolar, desde hace
aproximadamente 10 años se desarrolla un programa
de clases extraescolares de extensión horaria en el
centro. Con el apoyo y financiación de los Servicios
Sociales del Ayuntamiento de Madrid este programa
proporciona profesores y profesoras que durante dos
horas cada día al término de la jornada escolar, de
4 a 6 de la tarde, proporcionan un apoyo al estudio
a casi 100 alumnos y alumnas de este centro.
"El
objetivo de este programa es brindarles un espacio
adecuado para el estudio y un refuerzo y orientación
para la elaboración de las tareas a niños y niñas
que en muchas ocasiones no disponen de los elementos
necesarios básicos para realizar sus deberes diarios,
como una mesa o una silla" nos cuenta la Directora,
que se siente verdaderamente satisfecha con este programa
y la oportunidad que ofrece a sus alumnos con él..
El programa comenzó con cinco grupos de 10 alumnos/as
y al poco tiempo se aumentó al doble, dados los buenos
resultados que se estaban obteniendo.
El
bilingüismo en el centro: una experiencia exitosa
Desde
la dirección del centro se valoró la posibilidad de
incorporarse al Programa Colegios Públicos Bilingües
que puso en marcha la Comunidad de Madrid en el año
2004 como una oportunidad más para brindar a su alumnado
una educación de calidad.
Se
analizó el hecho de que la población diversa de este
colegio no suponía ningún obstáculo para sumarse a
esta iniciativa. El hecho de que haya niños y niñas
que no conocen el castellano no implica que no puedan
aprender el inglés. La experiencia ha demostrado que
este programa no ha conllevado un empeoramiento del
proceso de aprendizaje de su alumnado, sino que incluso
ha podido llegar a mejorarlo, y también el inglés
ha servido como lengua de unión.
Los
problemas que conlleva la incorporación de alumnos
y alumnas que provienen de sistemas educativos no
bilingües se ha solventado una vez más con aspectos
organizativos del horario de los grupos-clase y mediante
agrupaciones flexibles y de reducido número de alumnos.
Como argumenta Marina Lovelace "en casi todas las
clases de inglés tenemos dos profesores, y entonces
siempre hay un profesor que se dedica a recuperar
a los niños que se han quedado atrasados, en este
caso por proceder de sistemas escolares no bilingües".
La experiencia hasta ahora está siendo todo un éxito.
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