Percepciones sobre el mundo árabe. Unidad didáctica
Por Hélène Barnier
Esta Unidad Didáctica elaborada en el Centro de Investigación para la Paz apoya en la reflexión sobre la imagen que tenemos desde occidente sobre el mundo árabe. Nos habla del islam como civilización y como religión, del papel de los movimientos islamistas y de la situación de las mujeres. Conocer más, es una buena herramienta contra el racismo.
La percepción que las sociedades occidentales tienen del mundo árabe está distorsionada y condicionada por un conjunto de estereotipos negativos, reforzados desde los medios de comunicación. El fanatismo, el terrorismo y el peligro de una invasión son rasgos que se atribuyen genéricamente al pueblo árabe, olvidando las cualidades y la rica herencia científica y cultural que esta civilización ha aportado al mundo occidental.
La confluencia de las imágenes negativas favorece el triunfo del mensaje racista de la ultraderecha en Europa. La falta de respeto a otras culturas y la exaltación del modelo occidental constituyen una clara expresión de la intolerancia y de la resistencia al diálogo.
Los estereotipos no sólo se generan por la natural inercia de la mente para apreciar lo diferente, sino que también cumplen una función activamente defensiva: los prejuicios de hoy preservan y perpetúan las falsas verdades de ayer. La agresión colonial europea en los países árabes durante los siglos XIX y XX se había justificado con una serie de argumentos, cuyo denominador común era el desprecio hacia el otro; las visiones negativas hacia los árabes continúan ahora las actitudes imperialistas de un pasado no tan lejano.
Las crisis que viven las sociedades árabes, económicas, políticas y culturales, son profundas y de resolución compleja. La violencia, consecuencia de una acumulación de conflictos sin resolver, de ninguna manera puede atribuirse a causas culturales o religiosas, ni a una supuesta mentalidad árabe fanática inscrita en los genes.
Cuando los estereotipos conducen al racismo, y tienen, como en Francia, sus representantes políticos, es la invasión de la intolerancia europea a la que hay que temer.