Ideas
clave
Los
derechos humanos son innatos a cada ser humano, como reconocimiento
a su dignidad.
Ningún hecho cultural peculiar, ninguna tradición
que atente a la dignidad de la persona puede ser esgrimida en
su defensa.
La idea clave de la Declaración de DD.HH. es el derecho
a tener derechos.
Con la Declaración Universal de 1948, se implanta una cultura
de paz a través de derechos positivos. Se proclama
el derecho de las personas al bienestar y a condiciones de vida
dignas.
Al ratificar las Declaraciones, Tratados y Convenciones, los
Estados adquieren compromisos éticos para con la colectividad.
Acatan la autoridad de un ente no normativo pero sí supranacional.
A pesar de su carácter poco vinculante, los derechos humanos
ratificados por los Estados firmantes gozan de un sistema mundial
de protección, cuya principal función es la
de garantizar su aplicación, y más concretamente
de denunciar su incumplimiento: la Comisión de Derechos
Humanos, la Subcomisión para la Prevención de la
Discriminación y la Protección de las Minorías,
el Centro de Derechos Humanos, el Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos y el Comité del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos. En conjunto,
son el único sistema de protección que tiene jurisdicción
sobre la casi totalidad de los países del mundo.
Las Organizaciones no Gubernamentales se diferencian de los partidos
políticos o entidades empresariales por cuanto no aspiran
a entrar en el circuito económico ni a compartir poder
con el Estado. Representan la legítima voluntad de los
ciudadanos y las ciudadanas a defender sus derechos.
Los avances científicos y tecnológicos no van de
la mano de una mayor garantía de los derechos de la persona.
La vulneración sistemática al derecho a vivir en
paz o a la autodeterminación de los pueblos, cuyo ejemplo
más cercano encontramos en la invasión de Irak por
parte de una nación - EE.UU.- históricamente involucrada
en el proceso de democratización de la sociedad, contradice
muchos de los artículos de la Declaración Universal.
Según el Informe de Amnistía Internacional de 1996,
se registran violaciones sistemáticas de los derechos
humanos de hombres y mujeres de más de 146 países,
en su mayoría promovidas por las propias autoridades del
esos países.
Los Derechos Humanos que disfrutamos todos y todas y nuestros
Deberes Humanos, son las dos caras de nuestra aptitud para relacionarnos
con otras personas. Los lazos de solidaridad, de compañerismo
y de respeto a la diferencia también nos inducen a desear
para todos y todas los derechos de los que nos beneficiamos, sea
de forma individual o colectiva.
Decía Albert Camus en sus Obras 5, (Alianza editorial.
Madrid 1996): Si la preocupación por el deber disminuye,
es porque cada vez se tiene menos derechos. Sólo tiene
la fuerza de cumplir con su deber quien es intransigente en cuanto
a sus derechos.
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