Entre
las más conocidas está la búsqueda
de una salida laboral o escapar de situaciones que atentan
contra la integridad y la seguridad, como es el caso de
miles de personas refugiadas y desplazadas que huyen de
contextos bélicos o violentos.
Junto
a estas razones, la búsqueda de unas condiciones
dignas de vida o el desarrollo personal son motivos suficientes
para iniciar el viaje.
Es
importante saber que, generalmente, la decisión de
emigrar suele estar influida por el contexto social.
La
existencia de redes, personas cercanas o conocidas en el
país de destino, por ejemplo, ayudará a tomar
la decisión, ya que se cuenta con un referente para
comenzar a organizar la nueva existencia.
La
familia a veces es también quien elige a la persona
más indicada para emigrar, la que más posibilidades
de progresar tendrá. No hay que olvidar que, una
vez situada en el país de llegada, la persona inmigrante
tenderá a traer al conjunto de parientes cercanos.
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