El
Sistema Educativo debe adaptarse a las peculiaridades
de cada niño y niña, consiguiendo, de esta
forma, que jueguen a favor del alumno y la alumna su diversidad,
sus peculiaridades físicas, psíquicas, culturales
y sociales, en lugar de considerar como un handicap aquellas
peculiaridades que se apartan de la normalidad estadística
o que se diferencian de las del grupo social dominante.
(Carbonell. Ofrim. p.25) 2000